Aunque el proceso conceptivo de la estructura sea un arte y, fundamentalmente, el resultado de una intuición experimentada, aunque no se logre nunca por el simple juego deductivo de unos razonamientos lógicos, cabe, sin embargo, como en todo arte, dar unas reglas generales, aunque como siempre se hace hincapié, las reglas que aquí se mencionen ni serán todas ni las más importantes, pero si hará madurar a cada profesional del área.

Primer paso

Es concretar bien las condiciones funcionales que constituyen el planteamiento del problema (que es lo que se va a construir y para que función); distinguir, entre ellas, las absolutamente necesarias y definidas, de aquellas otras que han de cumplirse en el mayor grado posible, para que que estas por si solas establezcan unos volúmenes bien delimitados y unas posiciones e intensidades de cargas.

Segundo paso

Hay que cuidar de no olvidar o menos preciar ninguna condición funcional, (como pasos de la escalera, altura de entre piso libre producto del sistema estructural, secciones de columnas); si alguna se sacrifica, ha de ser a conciencia de ello y bien justificado.

´´es frecuente, también que existan condiciones no impuestas expresamente. Porque bien se deriven de otras o bien porque quien planteó las condiciones funcionales, las olvidase o pensase que entraban implícitamente en las demás… Tremendo error, nada se va a solucionar solo, se tiene que pensar en todo´´

Tercer paso

Después de pensar en la funcionalidad, hay que introducirse las limitaciones, orientaciones, condiciones y conveniencias, que imponen las distintas exigencias que se han venido analizando anteriormente; por ejemplo: el material, el terreno, el proceso de ejecución, la estética, las construcciones colindantes, ect…

´´ ha de verse que materiales son los propios de la localidad, (cuales e pueden conseguir ms económico), cuales otros pueden emplearse y hasta que limite, prácticamente prohibidos; que imposición presenta la cimentación (cuantos kilos por centímetro cuadrado resiste, si va lugar a asentamientos y de qué tipo, etc.….) ´´

Cuarto paso

establecido todo esto en una hojita aparte para n olvidar ningún detalle, y en la cabeza para manejarlo todo conjunta y rápidamente a lo largo del proceso creador, hay que coger el lápiz o el plano arquitectónico para representar en primerísimos esquemas, los tipos estructurales que se imaginen.

´´depues hay que compararse con el tipo clásico utilizado corrientemente para el grupo de problemas a que pertenece, el que se tiene planteado; nunca será tan original el problema, que no tenga un precedente parecido, es decir, hay que recordarse las soluciones que se le dan a los problemas, porque generalmente todos siempre son parecidos´´

Quinto paso

Hay que tener bien claro, que una cosa es el programa de necesidades y otra la solución funcional que se ha encontrado, para cubrir eficazmente aquel programa, y es demasiado frecuente el confundirlos y empeñarse en que la estructura se conforme en resolver la cuestión como pueda, sin que el que dio, origino la disposición funcional quiera saber de ella.

´´Para muchos profesionales de la arquitectura que diseñan, sin tomar en cuenta la influencia que se tendrá en la estructura, ni preocuparse de los apuros que pasa la probecilla, para meterse en esa horma y logar que no sae venga todo abajo; es decir, muchas veces se termina castigando la estructura y el bolsillo del cliente, en pro de darle respuesta estructura a la funcionalidad planteada´´

Conclusión

Es una cuestión, en gran parte, de costumbre, de intuición y de imaginación, de buen criterio, solamente la propia experiencia puede ahorrar o disminuir el trabajo de tanteo necesario para asegurar la elección entre las diferentes soluciones que se vean posibles.

 

Al tener la solución, hay que mirarla sin prejuicio ninguna y con un espíritu de critica agudo, amplio y exigente (El criticar tu solución, te garantiza que detalle todas sus debilidades para afinarlos aún más).

 

Nunca debe darse de lado una solución, sin tener la seguridad de que no ha de llevar ventaja sobre las otras.

Pues, aunque suele demandar mucho tiempo encontrar una solución óptima, el tiempo empleado en la concepción y tanteo de nuevas soluciones es el más útil, para la formación del individuo, y el que ha de permitirle, después, enjuiciar los nuevos problemas que se le planteen, con mucha más soltura y probabilidades de éxito.

 

Porque el saber de aquellas cosas que, precisamente por haber sido asimiladas, ya no recordamos, pero que actúan en nosotros después de haberlas olvidado intrínsecamente, al final termina siendo la intuición e imaginación de él buen criterio de todo proyectista.

Bibliografía

Razón y Ser de los Tipos de Estructuras-E Torroja.